Alarma en la industria textil: producción retrasa 18% y se pierden miles de puestos de trabajo

El panorama en el sector textil e indumentaria se agrava con una caída estimada del 18 % en la producción nacional y la pérdida de aproximadamente 5.000 empleos en el último período. Esta contracción, que supera ampliamente el promedio de la industria manufacturera, pone en evidencia la fragilidad de un rubro que históricamente fue motor de empleo y desarrollo.
Los factores detrás de la crisis son múltiples:
- Una fuerte retracción del consumo interno debido al ajuste del poder adquisitivo.
- La apertura indiscriminada a importaciones de bajo costo que erosionan la competitividad local.
- Costos crecientes en insumos, energía y logística que encarecen la producción nacional.
- Capacidad ociosa elevada: muchas plantas operan por debajo del 60 % de su capacidad instalada, lo que reduce la eficiencia y pone en riesgo la continuidad de varias fábricas.
El impacto laboral es severo: según relevamientos, muchas empresas cancelaron horas extras, suspendieron personal, no renovaron contratos o directamente cerraron sus puertas. En este contexto, la pérdida de 5.000 puestos representa solo una parte del problema, porque también crece la informalidad y la precarización del empleo en el rubro.
Desde cámaras empresariales y gremios advierten que la situación requiere una política de emergencia que incluya: incentivos fiscales, protección arancelaria frente a importaciones, estímulo al consumo y promoción de inversión productiva. De lo contrario, aseguran que el cierre de empresas y la destrucción de empleo podrían acelerarse.
El sector textil, clave para muchas economías regionales, se encuentra en un momento crítico. Si no se toman medidas urgentes, lo que empezó como caída de producción y empleo, podría transformarse en un proceso irreversible de cierre de plantas y pérdida de tejido industrial.



