Preocupación por los cambios en los criterios de aptitud para ingresar a la Academia de Policía

La difusión de datos relacionados con la evaluación de aspirantes a la Academia de Policía generó inquietud entre quienes siguen de cerca el ingreso a las fuerzas de seguridad, luego de conocerse que en los últimos dos años se pasó de considerar aptos a varios postulantes a declararlos no aptos en etapas sucesivas del proceso. La situación abrió un debate sobre las condiciones y exigencias que enfrentan quienes aspiran a formar parte de la institución, así como sobre la transparencia y claridad de los criterios de evaluación.
Según lo informado, en 2023 y parte de 2024 una cantidad significativa de aspirantes cumplió con los requisitos físicos, psicofísicos y académicos para ingresar a la academia. Sin embargo, en evaluaciones más recientes, muchos de esos mismos postulantes fueron considerados no aptos tras revisiones o nuevos protocolos de evaluación. Esta variación abrupta en los resultados sorprendió a familiares, docentes preparadores y los propios aspirantes, quienes expresaron su desconcierto ante los cambios en los parámetros de aptitud.
La situación generó cuestionamientos sobre la consistencia de los métodos de análisis y la comunicación sobre los requisitos exigidos. Quienes aspiran a ser parte de las fuerzas de seguridad sostienen que, para muchos jóvenes, el ingreso a la Academia representa una oportunidad de desarrollo profesional y estabilidad laboral, por lo que las modificaciones o interpretaciones distintas en los criterios generan frustración y percepción de arbitrariedad.
Especialistas en formación policial señalaron que los procesos de evaluación deben ser rigurosos para garantizar que quienes acceden a la carrera tengan las condiciones necesarias, pero también deben ser claros y estables para que los aspirantes puedan prepararse en forma adecuada. La falta de uniformidad en la aplicación de las pruebas, según indicaron algunos observadores, puede desmotivar a quienes invierten tiempo, esfuerzo y recursos en su formación.
La problemática también abrió una discusión más amplia sobre la gestión de los ingresos a las fuerzas y la necesidad de equilibrar la exigencia física y técnica con políticas de ingreso previsibles y transparentes. Entre aspirantes y familiares, muchos reclaman mayor información sobre los estándares aplicados, así como instancias de revisión o apelación que permitan comprender mejor por qué varían los resultados entre un año y otro.
El caso continúa siendo observado con atención tanto por quienes aspiran a ingresar a la Academia de Policía como por sectores interesados en la formación y profesionalización de las fuerzas de seguridad, en un contexto donde la exigencia de claridad y equidad en los procesos de ingreso se ha vuelto un pedido recurrente.



