Zudaire criticó duramente el Presupuesto 2026: “El Gobierno retiró al Estado como principal inversor”

El diputado Zudaire salió al cruce del proyecto de Presupuesto 2026 tras la aprobación de sus principales capítulos, y lanzó fuertes cuestionamientos contra el enfoque financiero que, a su juicio, deja de lado al Estado como motor central de la inversión pública y del desarrollo social. Para el legislador, la propuesta oficial representa un giro que transfiere carga y recortes hacia sectores sensibles como educación, salud y políticas públicas, debilitando el rol activo del Estado en áreas estratégicas.
En sus declaraciones, Zudaire aseguró que uno de los elementos más preocupantes del Presupuesto es la reducción de partidas destinadas a inversión estatal directa, lo que, según él, implica un retroceso respecto a la capacidad del Estado de impulsar obras, programas de asistencia y políticas de crecimiento económico inclusivo. “Este Presupuesto deja al Estado como un mero espectador y no como protagonista del desarrollo”, afirmó, planteando que tal orientación podría agravar las desigualdades sociales y limitar la respuesta ante crisis estructurales.
El legislador también criticó la forma en que se abordaron ciertas modificaciones, indicando que no hubo suficiente espacio para el diálogo ni para incorporar propuestas de sectores que, históricamente, han defendido un papel más activo del Estado en la economía y en las políticas públicas. Zudaire sostuvo que los ajustes introducidos en el marco del equilibrio fiscal sacrifican prioridades sociales y educativas, lo que, para él, pone en riesgo el bienestar de amplios sectores de la población.
Además, señaló que la disminución de inversiones públicas podría tener efectos negativos en el corto y mediano plazo, al desacelerar proyectos de infraestructura, limitar el financiamiento de programas productivos y frenar emprendimientos comunitarios que dependen de apoyos estatales para consolidarse. En su visión, la orientación del Presupuesto 2026 no responde a una estrategia de desarrollo equilibrado, sino a una lógica que prioriza la contención del gasto por sobre la expansión de oportunidades para la ciudadanía.
La crítica de Zudaire se suma a la de otros actores políticos y sociales que vienen advirtiendo sobre las posibles consecuencias de la configuración final del Presupuesto. Desde distintos espacios se reclamó que se revise la asignación de recursos, se fortalezcan los mecanismos de control y participación, y se garantice que el financiamiento del Estado esté orientado de manera efectiva hacia la inversión pública que promueva crecimiento, empleo y cohesión social.
En medio del debate público por el Presupuesto, las declaraciones de Zudaire intensifican la discusión sobre el rol que debe jugar el Estado en la economía y la sociedad, y plantean interrogantes sobre la dirección de las políticas públicas en los próximos años.



