Dólar barato para todos
El Plan de Convertibilidad implementado por Domingo Cavallo en la decada del 90,más precisamente a partir de 1991, estableció una paridad fija entre el peso argentino y el dólar estadounidense, con el objetivo de frenar la hiperinflación y estabilizar la economía. Esta estrategia permitió una reducción drástica de la inflación y brindó previsibilidad a los mercados, pero también generó una fuerte dependencia del financiamiento externo. La rigidez del esquema terminó por colapsar en 2001, cuando la falta de dólares en las reservas y el endeudamiento llevaron a una crisis económica sin precedentes que no es necesario recordar.
En la actualidad, el gobierno argentino busca mantener un dólar barato mediante intervenciones en el mercado cambiario y el uso de reservas internacionales. Si bien esta política busca contener la inflación y mejorar el poder adquisitivo de la población, también genera riesgos similares a los de la Convertibilidad, como el atraso cambiario y la pérdida de competitividad de las exportaciones. La intervención constante del Banco Central para sostener el tipo de cambio puede derivar en una presión sobre las reservas y en dificultades para sostener el esquema en el mediano plazo. En corto plazo están las elecciones. Ese parece ser todo el porqué de este modelo económico. En tanto, parte de la población hace milagros para llegar a fin de mes y continúa en modo » ya va a mejorar».
El escenario futuro dependerá de la capacidad del gobierno para administrar el enojo social con los mismos de siempre vacacionando en el exterior, disfrutando las mieles de la pizza y el champagne modelo 2025 que propone Toto Caputo y sus amigos.
Esa es la pregunta: ¿Los dólares son para todos?
