“Fue como una burla”: un vecino relató detalles de la pisteada que desató un caos sonoro

Un episodio que mezcló ruido, velocidad y molestias vecinales generó fuerte repercusión luego de que una “pisteada” nocturna desatara lo que varios residentes calificaron como un verdadero caos sonoro en plena zona urbana. Uno de los vecinos afectados no dudó en describir lo ocurrido como “una burla”, al relatar cómo el rugir de motores y las aceleraciones repetidas perturbó la tranquilidad de la noche.
Según el relato, la concentración de motocicletas y autos de alto cilindraje no solo rompió la quietud habitual de la zona, sino que lo hizo con un volumen y persistencia inusitados. El estruendo de los vehículos, combinado con la sensación de riesgo por las aceleraciones y las maniobras, provocó que muchos habitantes de la cuadra salieran a sus puertas o ventanas, incrédulos ante la escena que se desarrollaba frente a sus casas.
“El ruido no paraba, parecía que la calle era una pista de carrera”, explicó un vecino visiblemente molesto. Dijo que, pese a ser horas donde se espera descanso, los motores continuaron encendidos y acelerando durante varios minutos, generando una situación que describió como insostenible para quienes viven allí. Para él, la actitud de los participantes de la pista improvisada fue una falta de respeto hacia el resto de la comunidad, llevada a cabo con total desprecio por los horarios y la convivencia vecinal.
Varias familias señalaron que los ruidos afectaron no solo su descanso, sino también la de niños pequeños y personas mayores, quienes se vieron obligados a soportar el estrépito sin mayores recursos para evitarlo. “Fue como si nadie pensara en los demás”, expresó otro vecino, quien subrayó la falta de consideración por parte de quienes participaron de la pisteada.
El episodio reavivó el reclamo de vecinos por mayor presencia policial y de control de tránsito en horarios nocturnos, especialmente en sectores residenciales donde este tipo de eventos improvisados se ha repetido en otras oportunidades. Muchos pidieron que se apliquen normas más estrictas y sanciones ejemplares para evitar que actividades similares se repitan, afectando la calidad de vida y la seguridad de los barrios.
Aunque no hubo reportes de hechos violentos ni accidentes durante la pista espontánea, el malestar ciudadano quedó planteado con claridad, dejando en evidencia la tensión entre quienes buscan actividades de alto ruido y quienes reclaman respeto por la tranquilidad y descanso de la comunidad.



