Laura Armó una “mayoría automática” en la Liga y se entromete en el Tribunal de Disciplina
En una movida que generó reacciones encontradas en el ámbito del fútbol local, Laura logró consolidar lo que algunos describen como una “mayoría automática” dentro del seno de la Liga, lo que le permitió influir de manera decisiva en decisiones clave, incluso en el accionar del Tribunal de Disciplina.
Según voceros vinculados al fútbol regional, la dirigente consiguió sumar el respaldo de la mayoría de los clubes y dirigentes que componen el órgano rector del torneo, lo que le da un peso mayoritario para impulsar decisiones y resoluciones que, hasta ahora, eran más consensuadas entre distintas voces representativas. Con esa mayoría, Laura pasó a tener un rol central en las decisiones que moldean el rumbo del fútbol local.
La controversia surgió cuando la participación de la dirigente fue vista por algunos sectores como una intromisión en las funciones del Tribunal de Disciplina, que tradicionalmente actúa de manera autónoma para evaluar sanciones, faltas y reclamos vinculados a lo deportivo y reglamentario. Críticos de la situación argumentan que un influjo mayoritario desde la Liga hacia ese cuerpo podría poner en riesgo la imparcialidad con que deberían dirimirse casos de infracciones o conflictos dentro de la competencia.
Quienes defienden la conducción de Laura sostienen, en cambio, que la consolidación de apoyos refleja una gestión sólida, con visión y liderazgo para coordinar iniciativas, fortalecer la organización institucional y dar mayor agilidad a las decisiones que requieren respuestas rápidas en el marco de las competencias. Para esos sectores, la participación más activa en los temas disciplinarios no equivale a una intervención directiva, sino a un intento de mejorar la coherencia entre los distintos estamentos del fútbol mercedino.
El debate se replica entre dirigentes, entrenadores y allegados al fútbol local, con posturas que van desde la exigencia de mayores garantías de independencia para el Tribunal de Disciplina hasta el reconocimiento de que la dinámica interna de la Liga requiere mecanismos de decisión más ágiles, especialmente en casos que demandan respuestas inmediatas.
El impacto de esta mayoría habilitante se verá reflejado en las próximas semanas cuando se aborden casos concretos en el ámbito reglamentario y disciplinario, y cuando el cuerpo directivo y el Tribunal de Disciplina deban establecer coordenadas claras sobre sus respectivas competencias, equilibrio institucional y reglas de juego interno.
