“Tenemos Futuro”: fuertes cuestionamientos al plan de viviendas por falta de terrenos y cuotas impagables

El plan “Tenemos Futuro”, lanzado por el Gobierno de San Luis, enfrenta una creciente polémica por inconsistencias, desprolijidades y condiciones poco realistas, según denunciaron legisladores de la oposición y vecinos inscriptos. La iniciativa, que busca brindar soluciones habitacionales en la provincia, ya cuenta con 66.540 personas registradas, aunque las dudas sobre su ejecución, los plazos y el financiamiento generan una profunda preocupación.
El secretario de Política Habitacional, Hugo “Pipo” Rossi, reconoció esta semana que el programa enfrenta limitaciones: “No se va a resolver de un año para otro. Ni todos podrán acceder a la vivienda el año próximo. Hay gente que podrá pagar las cuotas y otra que no”.
El gobernador Claudio Poggi había anunciado el plan durante la apertura de sesiones ordinarias del 1 de abril, prometiendo un esquema “innovador” de adjudicación y autoconstrucción. Sin embargo, la diputada justicialista Silvia Sosa Araujo fue una de las primeras en advertir sobre las fallas estructurales del proyecto. “Aplaudimos todos los planes de vivienda, pero dejemos de mentirle a la gente”, sostuvo en el recinto.
Entre los principales cuestionamientos se encuentran la falta de terrenos fiscales disponibles, los plazos de validación poco realistas, y cuotas de hasta $250.000 mensuales, actualizables según la canasta básica. “Si estás alquilando y no podés pagar las dos cosas, te echan de la casa; y si no pagás la cuota, te dan de baja la inscripción. La gente está desesperada”, advirtió Sosa Araujo.
Otro punto crítico es la modalidad de autoconstrucción asistida, que exige contar con un terreno propio o prestado. “Se supone que quien se inscribe no tiene vivienda ni terreno. Pero el Gobierno exige uno para participar. En localidades como San Francisco del Monte de Oro directamente no hay terrenos disponibles, ni públicos ni privados para expropiar”, señaló la legisladora.
Desde el oficialismo, Rossi pidió “paciencia” y explicó que el proceso será gradual. A partir de diciembre se asignarían las primeras 1.300 viviendas tradicionales y 1.300 autoconstrucciones, aunque aclaró que el resto deberá esperar su turno en el sorteo.
La diputada Sosa Araujo también reclamó que el plan contemple cupos especiales para personas con discapacidad y criterios de prioridad más justos: “Si sos el último en el sorteo, tenés que esperar 25 años. Y si además tenés una discapacidad y bajos ingresos, ¿dónde te van a hacer la vivienda?”.
En medio de la tensión política y la incertidumbre social, el plan que prometía ser un nuevo comienzo para miles de familias puntanas se enfrenta hoy a un panorama incierto, entre expectativas frustradas, problemas estructurales y una ejecución que parece estar muy lejos de la realidad prometida.