Un crimen planificado y brutal: nuevos detalles del asesinato de una adolescente en Villa Mercedes

La reconstrucción judicial del homicidio de Anahí Robledo Yuvero, la joven de 15 años asesinada en Villa Mercedes, expuso un accionar frío, calculado y sin rastros improvisados. Las pericias, los videos de seguridad y el análisis de la escena permitieron a los investigadores describir paso a paso lo ocurrido aquella mañana en la vivienda de la víctima.
El ingreso silencioso y un ataque sorpresivo
El acusado, Amado Raimundo Díaz, de 59 años, habría entrado al domicilio usando una llave que habría confeccionado tiempo atrás, cuando mantenía una relación sentimental con la madre de la adolescente. No había signos de forcejeo ni de ingreso violento, un dato que apuntaló la hipótesis de un acceso deliberado y premeditado.
Dentro de la vivienda se produjo un ataque feroz: la menor recibió alrededor de 25 puñaladas en distintas partes del cuerpo y el rostro. La mayoría de las lesiones estaban del lado derecho, lo que llevó a los peritos a concluir que el agresor es zurdo. La violencia del hecho quedó plasmada en la distribución del sangrado: manchas en el futón, en un sillón, en la pared y en el piso revelaron que la joven intentó moverse mientras era atacada.
Rastros del asesino en el baño
Un detalle clave surgió del análisis químico realizado por Criminalística. Dentro del baño, los técnicos detectaron restos de sangre muy finos, compatibles con un lavado de manos inmediatamente después del homicidio. Ese hallazgo reforzó la hipótesis de que el atacante se quedó varios minutos dentro de la casa tras consumar el crimen.
La salida y un intento de ocultamiento
Las cámaras de seguridad ubicadas en las cercanías del edificio donde vivía el acusado fueron fundamentales. Las imágenes registraron que, poco después del horario estimado del asesinato, Díaz regresó a su departamento y entró y salió varias veces con bolsas plásticas. También se lo vio cambiarse de pantalón y luego abandonar el lugar con otra bolsa que, según los investigadores, habría contenido la prenda manchada y el arma utilizada.
Los movimientos del imputado coinciden con los horarios de recolección de residuos municipales, algo que él conocía con precisión. Los investigadores creen que aprovechó ese dato para deshacerse rápidamente del cuchillo y la ropa ensangrentada, lo que hasta ahora dificultó su hallazgo.
Sin indicios de robo ni terceros involucrados
El domicilio de la joven no presentaba faltantes ni alteraciones. Tampoco había golpes en aberturas o daños que sugirieran otro tipo de móvil. Los peritos concluyeron que el agresor actuó solo, conocía la rutina de quienes allí vivían y seleccionó un momento en el que la adolescente estaba indefensa.
Un caso que conmociona a la ciudad
La crudeza del ataque, la cercanía del acusado con la familia y la minuciosidad con la que habría intentado borrar sus huellas mantienen al caso en el centro del debate público y judicial en Villa Mercedes. La investigación, que continúa avanzando con pruebas periciales y testimoniales, se encamina hacia un proceso en el que los detalles reconstruidos serán determinantes para la acusación.
Fuente: El Chorrillero


