La velocidad con la que el discurso anti casta de Javier Milei se desmoronó, es muchísimo menor que el anti peronismo que parece aún habitar en una gran parte del electorado. Los continuos exabruptos del presidente como así también las agresiones antidemocráticas son ignoradas por una gran parte de la sociedad que sostiene esta ignorancia con varios trucos propios de épocas negras de nuestro país.
El hecho protagonizado por el Senador Kueider , detenido en Paraguay con 200 mil dólares, hace que la comparación con » los bolsos de López» sea evidente. Pero más allá de caer en estas comparaciones o en analizar el origen político del protagonista del hecho, me parece más interesante poner el foco en el rol pasivo de un sector importante de nuestra sociedad que asiste inmóvil a este tipo de acontecimientos, lo que nos lleva a afirmar que terminan siendo parte fundamental del discurso que se busca imponer.
Comenzamos reconociendo que la legitimidad del gobierno libertario es innegable. La mayoría votó a un panelista de televisión que se vanagloria de todo lo que aborrece al estado y de que se ve a si mismo » como un topo que viene a destruir el estado desde adentro». Una de las principales muestras de la hipocresía de clase, es que el gran número de profesionales formados en la Educación Pública que existen en el país, hayan permanecido inmunes a las movilizaciones que alertan sobre el poco presupuesto destinado a la educación pública por este gobierno.
La quita de medicamentos a los jubilados, el despido de empleos, la liberación de las exportaciones de carne y granos, como así también la liberación de importaciones parecen aún no ser motivos de alarma para un gran sector de la comunidad que ha sustentado su mejor nivel de vida, precisamente con el acceso a la salud, educación y trabajo que este TOPO viene a destruir. La corruptela del estado es propia de la casta que se ha consolidado en este año. Al igual que los grandes grupos económicos financieros. Similar situación se vivió en la dictadura, la década del 90 y el macrismo.
Los resultados de estas políticas ya las conocemos. Si tener a todos los Menem en el gobierno no les parece propio de la casta, ahora que encuentran a senadores valijeros, veremos si lo que molestaba era la corrupción o simplemente, el peronismo.