El deterioro de las condiciones laborales y económicas, sumado al estrés del día a día, está provocando un aumento sostenido en los niveles de violencia y conflictividad social. Así lo advirtió el psicólogo Alberto Jaimez, quien señaló que la salud mental atraviesa una situación crítica en Argentina.
“Si no cambiamos la forma en que trabajamos, vamos a tener personas que no podrán resolver problemas por el desgaste mental”, alertó el especialista.
Falencias en la atención psicológica
Jaimez remarcó que el sistema de salud no está preparado para atender la creciente demanda de asistencia psicológica. «No hay una atención psicológica que cubra todas las demandas de un día determinado», aseguró, al tiempo que expresó su preocupación por la falta de respuestas estatales frente a una problemática que se agudiza.
En ese sentido, cuestionó que el Hospital Escuela de Salud Mental funcione de manera aislada del resto del sistema sanitario. “Es un error tener un hospital monovalente. Debería estar integrado al Ramón Carrillo. Todos los enfermos deben recurrir a un mismo lugar. Tener un centro diferenciado cataloga a los sujetos como extraños”, sostuvo.
El trabajo como fuente de malestar
Para el profesional, es imprescindible modificar la estructura de las organizaciones laborales. “Si no cambiamos, vamos a tener empleados y operarios inútiles, porque no les responderá su capacidad mental para resolver problemas”, alertó.
Según Jaimez, el impacto de la crisis emocional se ve reflejado incluso en el tránsito cotidiano o en interacciones simples, como las que ocurren en comercios o filas de atención, donde el enojo y la intolerancia son cada vez más frecuentes.
“Las organizaciones deben cambiar. No podemos seguir sometiendo a las personas a estos niveles de presión sin consecuencias”, concluyó.
