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El Concejo Deliberante de Villa Mercedes, entre homenajes y árboles: ¿Cuándo llegarán las ordenanzas que cambien la ciudad?

En un Honorable Concejo Deliberante (HCD) de Villa Mercedes en el que las sesiones parecen más un desfile de salutaciones y autorizaciones menores que un foro de transformación urbana, irrumpe un proyecto que podría sacudir la comodidad legislativa.

El Concejal Roberto Mones Ruiz, del Bloque Frente Unidad Justicialista, propone descontar hasta el 100% del salario a los ediles que no presenten proyectos de ordenanza en un año completo. Los fondos resultantes irían destinados a instituciones que trabajan con personas con discapacidad. El texto ingresa este martes 18 de noviembre en la sesión ordinaria, en un momento en que el cuerpo legislativo local acumula un historial de inactividad que roza lo alarmante.

El proyecto, detallado en el Expediente N° 22849-o/25, no es un capricho punitivo, sino una respuesta a la «falta de presentación de proyectos por parte de los concejales», como lo fundamenta Mones Ruiz en su proyecto. Según el articulado, un edil que no ingrese una ordenanza en un cuatrimestre sufriría un descuento del 50% de su salario el mes siguiente; si la sequía se extiende a dos cuatrimestres (medio año legislativo), el recorte sería total. «Es un llamado de atención al salario que tienen los concejales», reza el considerando, recordando que la democracia municipal exige participación activa, no solo adhesiones simbólicas. Y en un giro solidario, las sumas descontadas no engrosarían arcas vacías, sino que se redirigirían a entidades dedicadas a la inclusión de personas con discapacidad, un sector particularmente desfavorecido actualmente, y puntualmente atacado por las gestiones de las motosierras.

Este ingreso llega en contraste brutal con la sesión del pasado 11 de noviembre, presidida por la viceintendenta Silvina Galetto, en la que el HCD demostró una vez más su predilección por lo accesorio. De los despachos de comisiones, la Acción Social, Cultura y Educación aprobó tres declaraciones de interés: una para el «11° Campamento Nacional de Adolescentes Sordos», otra reconociendo a cuatro atletas locales en un Ironman, y una tercera distinguiendo la trayectoria del músico Gastón Eduardo Zárate, fallecido en 2021. Noble, sí, pero ¿cambia eso el rostro de Villa Mercedes? Además, se archivó un proyecto de ordenanza de 2022 sobre charlas mensuales de cannabis medicinal, impulsado por la Concejal Margarita Villegas, sin que prosperara en tres años.

En Ecología, el foco estuvo en árboles: se autorizaron extracciones en tres expedientes del Ejecutivo Municipal (N° 9677, 9970 y 12000-2025), mientras se rechazaron dos más (N° 10255 y 13158-2025). Rutina administrativa, no debate profundo sobre sostenibilidad urbana. El resto de la jornada transcurrió entre izamientos de bandera, reconocimientos jubilatorios a dos empleadas (Fanny Arminda Torres y Cecil Lilian López) y salutaciones por el Día del Empleado Legislativo, el aniversario de la Escuela N° 187 y hasta el sufragio femenino de 1951, evocado por el propio Mones Ruiz.

Para cuantificar la intrascendencia, un repaso rápido a la sesión del 11 revela que, de 10 despachos principales, solo uno era un proyecto de ordenanza (y terminó archivado). El 90% restante: declaraciones, reconocimientos y permisos ejecutivos. En la agenda de este martes 18, de ocho asuntos entrados, apenas dos tocan ordenanzas potenciales. El resto: conmemoraciones (70° aniversario del «Fuerte Constitucional»), reconocimientos (20° de la Comisión de la Mujer) y declaraciones de interés (como la 29° edición de «Callecita Angosta» o un pedido de extensión de la línea de transporte «A» de la UNSL). En despachos, predominan prórrogas presupuestarias y más árboles (cuatro autorizaciones y dos rechazos pendientes).

Esta parálisis no es casual. En los últimos dos años, según un análisis de las circulares del HCD (como la N° 1696 y 1697), menos del 15% de los expedientes resueltos han sido ordenanzas con impacto normativo real, como modificaciones al código de faltas o planes de obras. El grueso –alrededor del 70%– son declaraciones de interés legislativo, que suenan bien en los boletines pero no mueven un ladrillo.

Mones Ruiz, en su fundamentación, alude a un «reclamo permanente de la sociedad» por esta inactividad, que asemeja a una «falta de trabajo; tarea legislativa escasa o nula». No es para menos: en un contexto de inflación galopante y necesidades urgentes –vivienda, seguridad vial, inclusión laboral–, los ediles de Villa Mercedes priorizan lo efímero. Proyectos como el anti-bullying en escuelas (ingresado por Cambia San Luis) o la distinción a «Derribando Mitos del Autismo» suenan progresistas, pero sin ordenanzas que los respalden con presupuesto o decisión política que las concreten de manera potente, quedan en el plano de lo discursivo.

La sesión del martes 18 de noviembre, a las 10 en el HCD, será un termómetro. Si el proyecto de Mones Ruiz avanza –quizá con modificaciones– podría marcar un antes y un después: incentivar la productividad y, de paso, inyectar fondos reales a la discapacidad. De lo contrario, el ciclo de salutaciones y árboles continuará, dejando a los mercedinos preguntándose si su Concejo Deliberante es un órgano vivo o un club de conmemoraciones. La ciudadanía, esa que reclama «democracia para siempre» en las circulares oficiales, merece más que aplausos: merece ordenanzas que contribuyan a la grandeza de Villa Mercedes y a la felicidad de sus vecinos.

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