La Dra. Becker. Primera médica sanluiseña
María Juliana Becker nació el 19 de junio de 1877 en San Francisco del Monte de Oro, provincia de San Luis. Sus padres, José Albino Becker -alemán- y Delfina Paz -argentina-, habían contraído matrimonio en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, de la ciudad de Córdoba, el 8 de mayo de 1872. Los abuelos paternos fueron Valentín Becker y Federica Moyer, y los maternos Ascencio Paz y Juliana Villavicencio. María provenía de una familia sencilla, trabajadora, que daba mucha importancia a la educación.
Comenzó la educación primaria en el paraje de La Majada (Dpto. Ayacucho). Luego, sus padres se trasladaron a la ciudad de San Luis, donde el Sr. Becker se desempeñó como contador, y Juliana comenzó sus estudios secundarios en la Escuela Normal Paula Domínguez de Bazán.
En el año 1893, ella envía una nota al Ministro de Instrucción Pública de la Nación en la que le explica que es alumna de la Escuela Normal de Niñas (tenía 16 años), y que como quería seguir una carrera universitaria, necesitaba prepararse en un Colegio Nacional, que en ese entonces sólo era para varones; por lo cual le solicita encarecidamente ser admitida en él. El pedido fue concedido. En su legajo consta que “cursó como libre los cinco años preparatorios en este Colegio habiendo obtenido excelentes calificaciones”, indica el historiador sanfrancisqueño Prof. Mario Z. Camargo.
A pesar de su juventud, la aspiración de María era clara: ir a la universidad y obtener el título de médica. El entonces Gobernador de la Provincia, Don Adeodato Isidro Berrondo, le otorga un subsidio para continuar sus estudios en la Universidad de Buenos Aires. En 1897 ingresó a la Facultad de Ciencias Médicas de la Ciudad de Buenos Aires, recibiéndose posiblemente en el año 1905 o en 1906 (Fontán, 2000, p. 31), cuenta el blog La historia de San Francisco del Monte de Oro.
En la universidad se destacó como estudiante: fue discípula del Dr. Güemes, en cuya cátedra solo actuó como ayudante alumna, ya que no se le permitió concursar por un cargo como docente universitaria.
En 1910 presentó la tesis que le permitió doctorarse. El tema de la misma fue la “Medicina Social”. Su padrino de tesis, el doctor Juan M. Garro, fue designado como Ministro de Justicia e Instrucción Pública por el presidente Roque Sáenz Peña. A la Doctora Becker, siempre le interesaron las temáticas relacionadas con la higiene infantil, la salud escolar y la medicina sanitaria. Tales intereses aparecen reflejados en trabajos publicados como: “Condiciones generales sobre Asistencia Social de la Infancia de la Capital Federal” y “Buenas consideraciones sobre Higiene Infantil”, entre otros.
Como prueba de su destacado paso por la docencia, su nombre figura entre los profesores que fundaron la Escuela N°5 de Vicente López (Provincia de Buenos Aires).
María Juliana, estaba absolutamente comprometida con cuestiones que tenían que ver con la salud de las infancias y las mujeres, el acceso de éstas a los derechos políticos, la igualdad de condiciones jurídicas entre varones y mujeres, etc.
Ocupó importantes cargos en el Departamento Nacional de Higiene, base del actual Ministerio de Salud. Siendo inspectora de la División de Higiene Escolar, se trasladó a San Luis, donde abordó el primero de sus muchos trabajos. En el documento titulado “Organización de los Servicios de Higiene y Sanidad en la Provincia de San Luis”, señala que la falta de médicos y la ausencia de un Consejo de Higiene Provincial habían facilitado la proliferación del curanderismo, que se hallaba muy incorporado a la idiosincrasia puntana y que por tanto sería muy difícil de erradicar. Allí hace también mención a las enfermedades que aquejan a los ciudadanos de la época, muchas de ellas debidas a la carencia de agua potable y a la falta de personas capacitadas para realizar tareas de prevención.
En agosto de 1911, cumpliendo una misión del gobierno nacional, brindó una conferencia en los salones de la Escuela Normal de Niñas de San Luis. En la oportunidad expuso sobre el modo en que las madres debían alimentar a sus hijos desde el nacimiento hasta su desarrollo. Los diarios de la época dan cuenta de que, posteriormente, viajó a Villa Mercedes, donde también dio un par de conferencias.
El 12 de octubre de 1912 participó del acto de inauguración del Monumento al Coronel Juan Pascual Pringles, en la plaza de la Ciudad de San Luis. Allí pronunció un discurso en nombre de las puntanas residentes en Buenos Aires, en el que hizo foco en la personalidad del prócer. Fiel a sus afectos, la doctora volvía ocasionalmente a sus pagos y se llegaba también hasta Candelaria, donde residía su familia.
Algunos registros fotográficos de la época, dan cuenta de su participación en eventos realizados en San Luis; tal el caso de un baile que se dio en su honor, en el Club Social, un espacio de sociabilidad de la oligarquía del San Luis de aquel entonces, situado en la esquina de Belgrano y San Martín. No es un dato menor, ya que muy rara vez se llevaba a cabo un evento en honor a una mujer, con la singularidad, en este caso, de que la homenajeada no pertenecía a una familia tradicional.
Su vida profesional y académica fue muy intensa. No tuvo hijos; tampoco se casó. María Juliana Becker falleció el 19 de septiembre de 1966, en Buenos Aires, a causa de una bronconeumonía. Tenía 89 años de edad. Sus restos fueron inhumados en el Cementerio de la Chacarita.
Mujeres como María Juliana y otras que vinieron después, como Carolina Tobar García (primera psiquiatra infantil argentina y la primera perito patóloga del Poder Judicial de la Nación) y Berta Elena Vidal de Battini (la folclorista, escritora, investigadora y docente) no van a conformarse con el título de maestras normales nacionales, que era lo máximo a lo que podían acceder, según las pautas de esa época: quisieron mucho más. En algunos casos, llegaron a tener el apoyo de sus familias, en otros no; pero van a abrirse paso para seguir una carrera universitaria. En ese entonces, aún no había casas de altos estudios en la provincia, por lo que todas ellas tuvieron que irse a estudiar afuera.
A comienzos del siglo XX, tanto la sociedad de San Luis como la sociedad argentina en general, eran extremadamente machistas. El papel de la mujer estaba supeditado al ámbito de lo privado: de la puerta de casa para adentro. Mujeres como María Juliana Becker fueron absolutamente revolucionarias, a pesar de todos los impedimentos que debieron sortear o enfrentar, pudieron abrirse paso en sus profesiones y ser reconocidas y respetadas por sus colegas varones. Seguramente, María Juliana debe haber sentido una inmensa soledad, pero creemos que en ella había una fuerte convicción y un compromiso inclaudicable para luchar por los derechos de las mujeres y las infancias, tanto de nuestra provincia como de nuestro país en general.
De esta manera, conmemoramos a la primera médica puntana y una de las primeras del país, qué con talento, esfuerzo y voluntad, rompió el techo de cristal y los moldes de “lo esperable” e impuesto a la mujer a comienzos del siglo XX. Como justo homenaje, el Hospital de la Ciudad de La Punta lleva hoy su nombre digno y claro.
Fuentes consultadas
- Fontán Fernández, D. (2000). Doctora María Juliana Becker primera médica puntana. Buenos Aires, Argentina: Editorial Dunken.
- Gatica, M. D. (1988). Rescatando la memoria de la mujer puntana. San Luis, Argentina.
- Menéndez, N. P. (2013). Guía Histórica de San Luis. San Luis, Argentina: Arte & Diseño.
- Registros parroquiales y diocesanos de Córdoba, Argentina.
- https://historiadesanfranciscodelmontedeoro.blogspot.com/…