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Macabro: las torturas a las chicas asesinadas en La Matanza fueron transmitidas en vivo por TikTok

El horror detrás del triple crimen en La Matanza sumó una arista grotesca: las torturas que precedieron al asesinato de Morena Verri, Brenda Del Castillo (ambas de 20 años) y Lara Gutiérrez (15 años) habrían sido transmitidas en vivo por la red social TikTok, dentro de un grupo cerrado con hasta 45 personas conectadas, confirmó el ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso.

Según medios locales como Clarín, la transmisión no fue abierta al público en general, sino que se realizó en una sala privada, lo que permite suponer que fue una acción deliberada de quienes planearon el crimen.

El ministro Alonso dio detalles escalofriantes: “Fue un acto de disciplinamiento para que otros sepan lo que les pasa a los que me roban droga”, habría afirmado el narco peruano responsable del hecho, según fuentes citadas.

El crimen y las víctimas

Las tres jóvenes fueron engañadas y llevadas a una vivienda en Florencio Varela donde fueron torturadas y luego asesinadas. Durante la audiencia del caso, se reveló que Lara, de 15 años, habría robado 2 o 3 kilos de cocaína a uno de los miembros de la banda vinculada con el narco peruano, residente de la Villa 1-11-14, Bajo Flores.

Las víctimas recibieron múltiples puñaladas. Gravemente heridas, intentaron pedir auxilio: se presentaron en una estación de servicio para pedir ayuda, pero ya era demasiado tarde.

Cuatro detenidos y primeras imputaciones

Hasta el momento hay cuatro personas detenidas:

  • Magalí Celeste González, de 28 años
  • Miguel Ángel Villanueva, de 25 años
  • Daniela Iara Ibarra, de 19 años
  • Maximiliano Andrés Parra, de 18 años

Se los acusa de participar en el operativo de tortura, el asesinato, el traslado y la difusión del video. Todos están alojados en la DDI de La Matanza a la espera de la declaración indagatoria.

Implicancias, crueldad y preguntas sin respuesta

Que el crimen haya sido transmitido en vivo introduce un elemento brutal de violencia simbólica: enviar un mensaje de terror a quienes operan o a quienes pudieran confrontar la banda. Las autoridades judiciales y de seguridad enfrentan el desafío de identificar quiénes fueron los espectadores del vivo, quién dio la orden, cómo se grabó y cómo circuló ese contenido.

El hecho desnuda la perversión de un poder que no teme exhibir sus métodos extremos ante un público privado. Requiere investigación urgente: los registros digitales, la identidad de los administradores del grupo cerrado, las conexiones usadas, los dispositivos y cómplices serán clave para dilucidar los responsables.

Mientras tanto, las familias de las víctimas, la sociedad y los medios deben sostener la presión para que el crimen no quede en otro expediente donde el horror se normaliza.


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