Razón vs sentimiento

En pos de analizar lo que pasa, un amigo que por respeto no voy a nombrar, me compartió un breve “reel” en el que Eduardo Galeano reniega, en una charla informal con unos jóvenes de su mote de “intelectual”. Con su aguda percepción, nos ofrece una metáfora poderosa. Al rechazar la etiqueta de «intelectual», él sugiere que la razón y el corazón deben estar unidos, no separados. Esta idea me pareció una sólida base para un artículo.
Si entendemos qué Galeano veía la separación entre la razón y el sentimiento como algo negativo, afirmamos que la razón sin corazón es fría y deshumanizada, mientras que el corazón sin razón puede ser impulsivo y caótico.
Y si queremos complejizar el análisis, comparemos ahora esta afirmación con el funcionamiento del Estado.

Un Estado que solo gestiona, es decir, que se enfoca únicamente en la razón y la administración, puede ser eficiente pero carece de humanidad. Las políticas que se basan solo en la gestión pueden ignorar las necesidades emocionales y sociales de la población. Por otro lado, un Estado que también hace política, que incorpora el sentimiento y la empatía en sus decisiones, puede crear políticas más inclusivas y humanas.
El gobernar “ para la gente” haciendo “ lo que la gente quiere” parece más un slogan publicitario que una manera de administrar lo público. Es un dirigente que hace lo que la encuesta dice, sin proponer nuevos horizontes de desarrollo y progreso. Es la “anti política” disfrazada de honestidad e inteligencia, pero solo se trata de conveniencia y un poco de hijaputez
En el análisis del escenario del comienzo del año electoral observamos una comunidad provincial y local sumida en la peor de todas las actitudes posibles: la indiferencia.
Esperemos que esto se modifique con el paso del tiempo. Se necesita una sociedad comprometida, sino siguen los mismos, que no son más que resabios de aquello que vinieron a cambiar.