Calle Angosta

A 48 años del horror: el trágico 20 de septiembre de 1976 en San Luis

El 20 de septiembre de 1976, en la provincia de San Luis, se vivió una de las jornadas más oscuras de su historia bajo la dictadura militar que azotaba a la Argentina. Aquella tarde, en la Guarnición Militar de San Luis, se preparaba un operativo que, por la noche, daría inicio a una serie de secuestros, torturas y desapariciones, ordenados por el general Luciano Benjamín Menéndez, jefe del III Cuerpo de Ejército.

Raúl Cobos, un empleado no docente de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), fue ejecutado en un simulacro de enfrentamiento en un barrio del norte de la ciudad. Ese mismo día, fueron detenidos Pedro Valentín Ledesma, maestro y estudiante de Ciencias de la Educación en la UNSL, y Juan Cruz Sarmiento, actor y militante político. Al día siguiente, coincidiendo con el Día del Estudiante, la localidad minera de La Toma fue escenario de una cacería en la que Graciela Fiochetti, militante peronista, fue capturada por las fuerzas represivas.

Fiochetti, junto a otros jóvenes de su pueblo, fue trasladada en un camión del Ejército. Su amigo Sandro Santana Alcaraz, estudiante de Física de la UNSL, fue secuestrado directamente de una clase en la universidad. Graciela apareció asesinada con un disparo en la cabeza, su cuerpo calcinado junto al de otra persona en Las Salinas del Bebedero, a 30 kilómetros de San Luis. Aún se sospecha que el otro cuerpo pertenecía a Sandro Santana Alcaraz, quien permanece desaparecido junto a Pedro Ledesma.

Gracias a las denuncias presentadas por los familiares de las víctimas y los ex presos políticos, con el respaldo de la APDH San Luis, se llevaron a cabo juicios por delitos de lesa humanidad. La Justicia Federal de San Luis condenó a los policías y militares responsables de estos crímenes aberrantes, aunque muchos civiles que participaron en la planificación y financiamiento del Terrorismo de Estado aún no han sido llevados ante la Justicia.

Este capítulo trágico de la historia argentina sigue siendo una herida abierta en la memoria de San Luis y del país, recordando la lucha incansable por la verdad y la justicia que aún continúa.

Fuente de la nota: Oscar Flores

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