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Tres preguntas

El mensaje de Cristina al asumir la presidencia del Partido Justicialista.

Asumir la presidencia del Partido Justicialista un 11 de diciembre del 2024, después de un año de gobierno de Javier Milei, al día siguiente de su mensaje, implica un primer ejercicio. Yo lo voy a formular en tres preguntas que me parece que nos tenemos que hacer los peronistas y como argentinos, fundamentalmente también.

Y la primera pregunta es:

  • ¿Qué está pasando?

Un gobierno que ganó las elecciones en ballotage, que propuso dolarización, una propuesta muy importante que hizo carne en muchos estamentos de la sociedad, que propuso motosierra contra la casta. Yo difiero de aquellos compañeros que dicen que hay una estafa electoral porque en definitiva la motosierra no fue contra la casta. Creo que cuando uno tiene un vecino que aparece en el jardín de su casa con una motosierra, cara de loco y prometiendo que va a matar a los vecinos menos a usted, aunque me prometa que no me va a hacer nada me encierro en mi casa porque me da miedo. Una primera cuestión que abordar es que hay una aceptación de la sociedad a una suerte de ejercicio y ajuste violento, si se quiere, sobre aquellos sectores. Claro, en tanto y en cuanto no me toquen a mí. Esto es un ejercicio que tenemos que hacer y no significa una crítica social, sino una descripción de lo que estamos viviendo, porque si no nos engañamos y no vivimos en un mundo de rosas, y ya somos todos mayores de 18 años y Disney queda lejos. Estamos acá, en la Argentina. Así que, ese gobierno que propuso dolarización hoy no es el gobierno de la dolarización, al contrario.

¿Se acuerdan cuando iba a los programas de televisión y mostraba su celular, que tenía decenas de fondos de inversión que ya habían ofrecido todos los recursos en dólares para hacer frente a los pasivos del Banco Central y entonces de esa manera se iba a poder dolarizar, y hubo gente que pensó que ganaba 200.000 pesos y podía ganar lo mismo en dólares? Aunque parezca mentira, esto sucedió. Finalmente, hoy lo presentan como un experimento, como algo nuevo. No, lo que hoy está viviendo la Argentina es más viejo que el Sol, es la cuarta experiencia de valorización financiera que tenemos. En los años ’50, Harry Markowitz, un economista norteamericano, generó lo que se llama portafolio de inversión con riesgo y que es en definitiva que la guita no se invierta ni para producir bienes ni servicios, sino que se invierta en timba financiera, y obtener la mayor rentabilidad posible con el menor riesgo. Esto fue en los años ’50, ’52, verán que es una doctrina bastante antigua y este señor Harry Markowitz, ¿saben cuándo recibió el premio Nóbel, que Milei quiere que se lo den a él y dudo que se lo den? Pero este sí recibió el premio Nóbel en 1990, no es casual la fecha. Exactamente un año después de la caída del Muro de Berlín, cuando comienza el reinado del neoliberalismo y el fin de la historia según Francis Fukuyama. Eso es el modelo de valorización financiera, cuya primera experiencia la tuvimos con Martínez de Hoz y la tablita, que es lo que hoy está sucediendo en la Argentina. No hay modelo productivo en la Argentina. Y además ayer, en ese discurso por momentos desconectado de la realidad, repetitivo e inclusive con desconocimiento de cosas (decía que iba a mandar proyectos que ya estaban en la legislatura y se están tratando), quedó consagrado que este gobierno no tiene modelo productivo, tiene un modelo de revalorización financiera, carry trade, que es simple y sencillo: en lugar de poner la plata en invertir, en producción, entro los dólares, los convierto en pesos, voy al banco, me dan una tasa que es más alta que la devaluación, porque además tengo la tablita que el gobierno dice cómo se devalúa todos los meses, con lo cual tengo una rentabilidad asegurada por el propio gobierno. Esto es lo que está pasando. Una rentabilidad en dólares del 50% con este gobierno ¿Quién va a invertir en una fábrica, en un comercio, en cualquier cosa que dé trabajo, si tengo un sistema que me permite ganar en dólares el 50%? Este es el gobierno hoy de Javier Milei. Que la cuenten cómo quieran, pero es esto. Y extractivista, consagrado por el RIGI.

Ayer lo escuchaba al Presidente hablar, por ejemplo, de los salarios en dólares, de lo que gana hoy un trabajador, un jubilado. Se olvida de cuánto está la canasta básica en dólares, porque cuando uno gana y da un equivalente en dólares tiene que saber cuál es la paridad de poder adquisitivo de esos dólares. Para ser más claritos, ¿con 100 dólares en la Argentina compro las mismas cosas que compro en Chile, en Paraguay o en Estados Unidos? Está visto que no, por eso los argentinos que tienen dólares van a comprar cosas a Paraguay, Chile y Estados Unidos, o si no lo mandan a pedir por Amazon para que se lo manden. ¿Que esto trae consecuencias? Sí, claro. Macroeconómicas, socioeconómicas y políticas. Estos modelos nunca son neutros para la política.

¿Cuáles son las macroeconómicas? A partir de julio hay un déficit en la cuenta corriente del Estado argentino, porque el superávit comercial no alcanza para cubrir el déficit de los servicios y el turismo, y menos aún para el pago de los intereses de la deuda, que están en un promedio de mil millones, más o menos, por mes. Y un endeudamiento fenomenal. Este año tenemos un endeudamiento de casi 100.000 millones de dólares más. El endeudamiento es muy grande en pesos, pero –hay que decir todo para no confundirnos– en dólares ha habido una reducción, pero no es una reducción de 10.000 millones de dólares en moneda dura, no es una reducción virtuosa, es una reducción forzosa, porque como no tiene los dólares ni acceso a los mercados internacionales, pese al superávit comercial de todo el primer semestre que fue muy bueno, esa reducción se basa en pisar las importaciones.

El blanqueo fue un éxito. Tenemos que decir las cosas exactamente porque para ser creíbles hay que describir cómo son las cosas. El blanqueo fue exitoso, mucho más exitoso que el de Macri: en 48 días ingresaron a cuentas bancarias 15.000 millones de dólares. En 48 días de blanqueo de Macri habían ingresado apenas 1.100 millones de dólares. En total se blanquearon 23.300 millones de dólares, fue la segunda burbuja financiera. La primera fue sentarse sobre las importaciones, los Bopreales, y entonces tener un superávit muy robusto. Qué curioso, entran dólares pero siempre estamos con reservas negativas. Este es un problema de la macroeconomía que produce esto, además de la modificación de los precios relativos. En todos los ciclos de valorización financiera hay una modificación de los precios relativos.

Hoy dieron el índice de inflación, 2,4%. Hace ya varios meses se ve muy claramente que los bienes transables, fundamentalmente alimentos y bebidas, van a la baja por abajo del promedio. Mientras, tarifas, luz, gas, transporte, prepagas van por arriba, porque este es el desacomodamiento que produce el tener pisado el tipo de cambio. Y acá se produce y se descubre la primera gran falacia de los libertarios, del anarco capitalismo y del señor Milei. Se cansó de decir que el problema era la emisión monetaria y el déficit financiado con esa emisión monetaria. Sin embargo, no deja de pisar el dólar, interviene en una de las variables más importantes de los cuatro precios de la economía. ¿Por qué? Porque sabe que cuando se mueve el tipo de cambio impacta en el índice de inflación. Y tampoco es cierto que no hayan emitido. Cuando en diciembre Caputo anuncia que no va a emitir más había 20 billones en la base monetaria y ahora hay 26 billones. ¿La emisión es mala? No, tienen que emitir porque los dólares no los podés comprar ni con chupetines, ni con caramelos.

Entonces se comprueba lo que nosotros venimos diciendo hace mucho tiempo, que en la economía bimonetaria de la Argentina. La inflación está atada a la variación del tipo de cambio y todos los periodos donde artificialmente se sostiene un tipo de cambio bajo producen déficit de cuenta corriente, desindustrialización, pérdida de empleo, cierre de fábricas. ¿Saben de acuerdo al SIPA y a la AFIP cuántas fábricas o cuántas empresas han cerrado? Son 11.000, aproximadamente: unas 10.700 más o menos de entre cero y 50 empleados, unas 400 de entre 50 y 500 empleados, y 47 empresas de más de 5.00 empleados. Este es el paisaje que vamos a enfrentar en la Argentina. Más allá de lo que estamos viendo en materia de ajuste fiscal, que no fue contra la casta sino contra los jubilados en primer término, porque, obviamente, representan casi el 50 % del presupuesto nacional, después las transferencias a las provincias, el sector público, los salarios del sector público y la depresión, además de los salarios, la educación.

Y ayer volvió a repetir el verso de los dólares, que sabemos cuál es el valor de la canasta básica en dólares, e introdujo dos temas nuevos, nuevos para él: habló de energía nuclear, dijo que van a generar energía nuclear y a hacer reactores. Oiga, diga, Milei, la CONEA, ¿qué tal? Hace décadas que la Argentina es señera en materia de energía nuclear ¿Qué le pasa? ¿Y a que no sabe quién empezó con este yeite de la energía nuclear? Un señor que era militar, ¡Perón! ¡Perón!

Habló de reactores chicos. ¿Cómo? Pero si yo era Presidenta cuando logramos colocarlos en Australia. Y después durante el gobierno de Macri se logró en una segunda licitación, que nos habían declarado desierta en la presidencia nuestra, porque le ganábamos a los franceses en Holanda, tuvieron que comprar los holandeses y fue el primer reactor nuclear que le vendimos a la Unión Europea. Claro, allá me dice la senadora rionegrina, de Bariloche, del INVAP, de la CONEA, que esta gente desprecia profundamente a los científicos argentinos. Dicen que van a poner a un financista que, aparentemente, es también físico del Balseiro, pero que ha dedicado su vida a las finanzas. También mencionó un tratado de libre comercio con Estados Unidos. ¿Nadie le dice a este señor que no somos complementarios con Estados Unidos, que somos competitivos? ¿Por qué no le pregunta a Machinea lo que le pasó cuando fue a Estados Unidos? Cuando Machinea era funcionario de Alfonsín se fue con las carpetas del polo petroquímico y siderúrgico bajo el brazo para conseguir guita para privatizarlos en el Banco Mundial. Iba fascinado, «voy con la justa, con la privatización, me van a dar los 2.000 millones de dólares», pero el presidente del Banco Mundial le dijo «no, no le puedo dar eso porque las sillas de Estados Unidos no me permitirían nunca que le dé ese préstamo a ustedes, porque ustedes compiten con el sector petroquímico y siderúrgico de los Estados Unidos». Hay un desconocimiento y, al mismo tiempo, un infantilismo y cholulismo en este manejo, impresionante. Está fascinado con Elon Musk porque tiene X, pero Elon Musk es un industrial norteamericano con tecnología de punta y tiene proyecto industrial, exactamente todo lo que él reniega.

Por eso digo que estas consecuencias de la redistribución del ingreso, también traen una consecuencia política. Quiero hablar de lo que va a pasar mañana en el Senado. Este gobierno logró la aprobación de la Ley Bases y, dentro de la Ley Bases, del RIGI, que es prácticamente un remate de nuestros recursos naturales. Ayer también anunció una inversión de 11.000 millones de dólares del RIGI. Permítame decirle que lo que hay hasta ahora en inversión extranjera, a octubre, es algo así como 730, 800 millones de dólares. Y también sabemos que muchas empresas que ya estaban radicadas en el país y que tenían previsto hacer las inversiones por su propia actividad cambian de nombre y de razón social para entrar en el RIGI. Esto lo hemos charlado precisamente con Lucía Corpacci, nuestra vicepresidenta y senadora por Catamarca, porque uno de esos proyectos hizo eso en Catamarca. Están cambiando los nombres, pero en realidad es la inversión que ya estaba prevista con RIGI o sin RIGI. Es más, le dieron tantas vueltas a la planta de GNL en Bahía Blanca que los malayos terminaron yéndose y perjudicaron a la provincia de Buenos Aires y al país. Lo único que van a lograr es colocar un buque en Río Negro y no va a haber ninguna inversión en tierra, salvo el gasoducto para llevarse todo.

Pero, ¿cómo fue obtenido ese voto? Es público y notorio el caso del senador de Entre Ríos, Edgardo Kueider, que hoy está preso en Paraguay. No hay antecedentes en nuestra historia de un legislador preso en el Paraguay, detenido in fraganti. Tenemos que analizarlo más allá de la moralina o del hecho delictivo. ¿Cuándo se producen estos hechos en la historia argentina? El primero que recuerdo fue el asesinato de Enzo Bordabehere en el Senado de la Nación. ¿Qué discutía Lisandro De la Torre en ese momento? En el Senado se discutían las condiciones leoninas del pacto Roca-Runciman y los intereses de los frigoríficos ingleses en contra de los frigoríficos argentinos. El que era interpelado en ese momento era el ministro Duhau. Ahí estaba la familia, era Ministro de Agricultura junto con Federico Pinedo, que era ministro de Economía. No tiene nada que ver el actual, ese era el abuelito. Cualquiera puede tener un abuelito que no haya sido del todo bueno. Tampoco estigmaticemos como hacen ellos porque eso no está bien.

¿Cuál fue la segunda? El diputrucho, en 1992, porque no alcanzaban los votos para la privatización de Gas del Estado. La tercera: la Banelco en el Senado para pagar la reforma laboral. Y ahora este. El senador Kueider fue clave en la aprobación de la Ley Bases. Doblemente clave: en la comisión, porque su voto habilitó que pudiera ser tratado en el recinto, porque sin su firma no tenían despacho y tampoco los dos tercios para tratarlo sobre tablas, y luego en el recinto, votando y empatando al votar, lo cual permitió el desempate de la Vicepresidenta.

El hilo conductor de todo esto son las leyes en contra del pueblo y de los intereses de la Nación. Cada episodio está vinculado a un despojo de los intereses de la nación. Nunca van a encontrar un hecho de estos cuando se trata la ley de bienes culturales, la Asignación Universal por Hijo o propuestas de gobiernos populares, nacionales y democráticos. Esto siempre sucede en gobiernos de corte neoliberal, de despojo. Más allá de esta pátina disruptiva de anarco-capitalista o de los gritos o de esas cosas que grita: “Viva no sé qué cosa, carajo”, todo eso es parte de una misce en scène. Pero lo que están haciendo es exactamente lo mismo que vienen haciendo desde hace mucho tiempo. Parece que hubiera ciclos de despojo y apropiación para luego sobrevenir con gobiernos populares, nacionales y democráticos, que tornan nuevamente las cosas a su lugar.

Esto es lo que pasa hoy en la Argentina. También una regresiva distribución del ingreso, con todas las escenas que vemos a diario de jubilados, de científicos, de maestros, de empleados, de despedidos, de cierres, etcétera, etcétera. Se me ocurre entonces que a esta pregunta de ¿qué nos está pasando? también debemos ir por una segunda pregunta:

  • ¿Por qué nos está pasando?

Porque describir lo que nos pasa sin indagar acerca de por qué nos pasa, además de facilismo es mucho reduccionismo.

Les voy a leer una parte del discurso del 18 de mayo del 2019. Imposible olvidarse, cuando anuncié la fórmula del Frente de Todos. Hay un párrafo que quiero leer, porque analizar las cosas después de que pasan, con el diario del lunes, lo hacemos todos, la gracia está en anticiparse a lo que va a pasar. ¿Se acuerdan cuándo dije lo de los tercios, no? Miren que no soy ni encuestadora, ni analista. ¿Qué dije, entre otras cosas, ese día? “El apabullante e innecesario endeudamiento del país empieza a mostrar en este presente los primeros síntomas de una realidad que será muy difícil de revertir…” Teníamos ya adentro el préstamo del Fondo Monetario. “Sobre todo si anteponemos los nombres y las ubicaciones personales al desafío de construir una coalición electoral no sólo capaz de ganar en las próximas elecciones, sino también que aquello por lo que se convoca a la sociedad pueda ser cumplido”. Y a continuación decía: “Y esta última cuestión”, o sea cumplir con lo prometido, “no es menor. Es un principio fundamental, entonces, evitar sumar a la frustración actual producto de la estafa electoral que facilitó la llegada de Mauricio Macri al poder, una nueva frustración que, no tengo dudas, sumergiría a la Argentina en el peor de los infiernos”. Esto lo dije un 18 de mayo de 2019. Cuatro años y medio antes de que las cosas sucedieran.

La pregunta sería: ¿es solamente un fracaso de la política? Claro, sí, en primer término, es un fracaso de la política, sin dudas. Recuerdo un hermoso acto que tuvimos en el Estadio Único de La Plata, el Maradona, que estaba el Presidente, yo entonces Vicepresidenta y el gobernador de la provincia de Buenos Aires, el presidente de la Cámara de Diputados y el del bloque de diputados en ese entonces. Y me acuerdo que el presidente de la Cámara de Diputados, que después fue nuestro candidato a Presidente, anunció… estábamos en 2020, fin de la pandemia, que iba a venir un crecimiento muy importante en la economía, como realmente ocurrió. Y me acuerdo también lo que yo dije después: que iba a venir un gran crecimiento, pero que era importante, muy importante, alinear salarios y jubilaciones con precios de bienes y servicios, tasas de interés y tipos de cambio. Los precios de la economía. ¿Para qué? Para que la guita del crecimiento no se la llevaran cuatro vivos. Diciembre del 2020. ¿Qué fue lo que pasó? En el 2021 tuvimos un crecimiento económico extraordinario, mayor a la caída de la pandemia. Y en el ’22 volvimos a crecer por arriba de los cinco, seis puntos también, un gran crecimiento. Pero no pudimos desde el Estado, Fondo Monetario mediante también, no podemos olvidarnos que teníamos al Fondo monitoreando y obligando a devaluaciones como pasó después de las elecciones ¿no? Empecemos por eso. Jamás deberíamos haber aceptado firmar ese acuerdo con el Fondo en las condiciones en que se hicieron. Fue fatal, fue letal para nuestro gobierno.

Pero también debo decir, y porque no sería justo que no lo hiciera, que un periodista estrella de La Nación calificó como una hazaña el desempeño que tuvimos electoralmente, que estuvimos a dos puntos y medio de ganar las elecciones y eso nos permitió formar cuerpos legislativos robustos, tanto en el Senado como en Diputados, después de la renuncia intempestiva del ministro de Economía a los tres o cuatro meses de haber firmado con el Fondo.

No voy a insistir en todo lo que pasó porque no vale la pena, pero es bueno tener una buena caracterización. ¿Fue solamente un fracaso de la política? Sí, pero ¿cuál era el escenario en el cual se desenvuelve esa política? ¿Por qué razón quien fue dos veces Presidenta de la República y que en ese momento tenía los votos no encabezó esa fórmula y convocó a otro dirigente?

Habíamos sido horadados desde el año 2007, cuando asumí como Presidenta Traje una tapa de Clarín, del martes 31 de marzo de 2015. «En Estados Unidos y las Islas Caimán, Máximo sería cotitular de 2 cuentas secretas». Máximo no era diputado todavía. El hijo de la Presidenta de la República era denunciado por Clarín que tenía cuentas secretas offshore en Estados Unidos y las Islas Caimán. ¿Saben cuándo vino de Estados Unidos la información de que esto era falso? Después de las elecciones de 2017. Pasaron las presidenciales del ’15 y las de medio término del ’17.

Hay que seguir leyendo el diario, como si fueran jeroglíficos que permiten entender cómo vivían los egipcios. Dentro de 500 o 600 años con las tapas de Clarín puede llegar a interpretarse claramente cómo se desenvolvió la sociedad argentina. Esta tapita no tiene desperdicio. Otro fiscal pide indagar a Boudou y al gobernador Insfrán. Salieron sobreseídos de esta causa. Ah, y libertarios abstenerse porque el que los sobreseyó fue Lijo, así que por favor, calladitos la boca todos.

Hay otras cosas maravillosas en esta tapa. Arranca el paro por Ganancias, no funcionará el transporte y no habrá bancos ni otros servicios, y adhieren algunos gremios industriales, esperan un alto acatamiento y pondrán policías a custodiar la terminal de ómnibus. Docentes no toman lista en las escuelas públicas. Otra tapita acá al costado. Crecen las demandas de los jubilados, ya hay 150 por día. ¿Qué son? ¿Demandas de remedios? ¿Demandas porque no les dan la jubilación? No. Bien chiquito abajo, en los juzgados hay cada vez más juicios por el reajuste de haberes.

Esto no empezó con nuestro gobierno, porque las demandas por reajuste de los jubilados son históricas y estructurales en el sistema jurídico argentino, y por eso hubo que hacer un fuero especial de la seguridad social. Pero no termina ahí, miren hasta dónde llegaban las cosas: la Argentina con Messi en duda. Hasta a Messi lo metían en duda, ni Messi se salvaba. Nunca vi una cosa igual. Veo ahora a los periodistas que se rasgan las vestiduras, se hacen las víctimas porque este muchacho les dice cosas, «ensobrados» y «sobreli» a uno, y «esbirros» a los otros y demás, como dice el Evangelio, siembra vientos y recogerás tempestades.

La denostación permanente de la política contribuyó a crear un clima anti-política en la República Argentina. Nos hacemos cargo la política del fracaso de un gobierno. Háganse cargo alguna vez los demás de las cosas que han hecho en el país, para explicar lo que está pasando. Y no se quedó ahí. Después de lo mediático vino lo judicial, con denuncias a diestra y siniestra contra nosotros. Un Poder Judicial cooptado y diseñado para cubrir los negocios que se hicieron durante el macrismo y durante el neoliberalismo, y sobreseerlos, y para perseguir a los peronistas. Esto es hoy el partido judicial en la República Argentina.

Además de los modos que me decían, todas estas cuestiones habían permeado en la sociedad y también en nuestra dirigencia. Por eso se tomó la decisión que se tomó, para asegurar el triunfo del peronismo. Pero esto tampoco es solamente un problema de la política, del sistema mediático, comunicacional, del partido judicial. Vamos a los verdaderos beneficiarios de todo esto. Siempre en el peronismo hablamos de burguesía nacional. Es casi un mito el tema de la burguesía nacional en el peronismo. Y no hablo del entramado de pequeños y medianos empresarios, y grandes empresarios, que a lo largo y ancho del país producen, abastecen el mercado interno, dependen del mercado interno, invierten. Estoy hablando de los que, además de ser grandes empresarios, que en este 2024 han tenido rentabilidades formidables y también fueron formidables durante nuestra gestión, en el ’21 y en el ’22, pero esos empresarios que se nuclean en las grandes centrales, en las cuales dictan cátedra y normalmente se oponen a los modelos de acumulación y de producción que plantea el peronismo, no han sido capaces de plantear un modelo productivo alternativo que permita acumular a la Nación, no han tenido esa responsabilidad. Al contrario, después de cada ciclo de gobierno populares y democráticos se embanderan de nuevo con políticas del neoliberalismo en un ciclo de depredación y apropiación. Estas son las cuestiones que tenemos que discutir los argentinos y plantear también el peronismo. No vale la pena llegar al gobierno e intentar quedar bien con todos, porque cuando intentás quedar bien con todos, termina siendo un fracaso y horrible en el gobierno.

Ahora tenemos que contestar la última pregunta

  • ¿Qué hacemos en este escenario?

Sobre todo porque estamos en el Partido Justicialista. Creo que hay cinco tareas fundamentales:

  • El partido debe formar, tenemos que abocarnos a la formación de cuadros políticos y técnicos. El técnico puede mostrarnos cómo se logra algo, pero si no tiene el político una correcta interpretación del momento, no sirve mucho.
  • Informar.
  • Planificar.
  • Divulgar.
  • Y organizar.

Estas son las cinco tareas fundamentales que debe cumplir el partido. Vamos a presentar en marzo un proyecto, una propuesta de trabajo, porque necesitamos formar e informar también a la sociedad. Parte de las cosas que nos pasan son por un profundo desconocimiento de los mecanismos, y de cómo funcionan en detrimento de las grandes mayorías. Esto es clave.

Y creo que los dirigentes de nuestro partido, que muchas veces los veo convertidos solamente en militantes electorales, deben volver a ser militantes políticos. No hablo de los compañeros y compañeras de base, que en las unidades básicas, en los sindicatos, en las universidades, en el centro de estudiantes… estoy hablando de quienes tienen y tenemos responsabilidades dirigenciales. Formo parte de una generación que se formó como militante política. Electoral imposible, porque no había elecciones, así que había que militar y había que traer a Perón a la Argentina. Nadie perdía el tiempo pensando en las elecciones. Queríamos a Perón en la Argentina. Volver a recuperar el rol de militantes políticos, porque no puede ser que todo se reduzca a una pelea de carácter electoral. Pasa la elección y no pasa más nada. Es parte del desastre de la política.

En aquella época, cuando finalmente se arrancan las elecciones –no es que la dictadura las dio graciosamente–, Perón dispone que se distribuyan las listas 25% para la rama política, 25% para la rama femenina, 25% para los sindicatos y 25% para la juventud. La juventud prácticamente no tenía compañeros y compañeras para las listas, primero porque no les interesaba, segundo porque muchísima gente ni siquiera tenía la edad para integrar una lista. Nadie militaba para estar en una lista. Militaban para estar en un proyecto político, en un proyecto de país, que es lo que tenemos que volver a recuperar, compañeros y compañeras.

Esto también requiere la comprensión de no creernos que la historia empieza cuando cada uno de nosotros llega o se termina cuando se va. No es así. Lo digo por algunos compañeros o compañeras del peronismo tardío, que también nuestra generación lo sufrió. Yo soy peronista desde muy chiquita por una cuestión familiar. Mi viejo era gorila, pero mi mamá y mi abuelito, el que yo adoraba porque lo sentía como mi padre, peronista de libreta escondida entre la ropa, con la libreta peronista, y se murió diciendo «Perón va a volver», y yo «no abuelo, estás loco», yo era chiquita. Se murió y, al año y medio, Perón volvió. Después estaba en la facultad, muchos amigos míos de familias antiperonistas se incorporaron a esa oleada, a esa marea que fue el peronismo, que allá por los años ’70 conquistaba a los hijos de los gorilas en las universidades, en todos lados. El problema fue que los que nunca habían sido peronistas te querían explicar qué era el peronismo y te querían decir lo que teníamos que hacer.

No es una cuestión de antigüedad en las ideas, es de comprensión. Quien mejor lo entendió es mi admirado Arturo Jauretche, que en uno de los últimos prólogos que hizo preanunció el enfrentamiento que iba a haber en el seno del peronismo. Criticaba a los viejos, que actuaban como sepulcros blanqueados y se horrorizaban con los jóvenes, y también a estos jóvenes, que con mucha fuerza se incorporaban pero que muchas veces con la misma soberbia con que –sobre todo en los cenáculos universitarios– habían condenado y tratado de nazi-fascista al peronismo en los años ’45 o ’50, ahora lo trataban de socialista y colectivista. Y no era eso, era otra cosa, era peronismo.

Por eso digo que es importante la actitud y es importante que nos comprometamos todos y todas a generar un espacio de discusión y de trabajo, para poder debatir esta Argentina, que va a ser compleja, muy compleja, y difícil también. Por complejo y por difícil nos tiene que comprometer más para cambiar las cosas y generar un proyecto nacional, un modelo de producción, un modelo que incorpore a las grandes mayorías cuando esto finalmente termine. Porque ya lo hemos visto en los ’70 con la dictadura, lo vivimos con la convertibilidad, lo vivimos con el macrismo: finalmente esto termina. Y cada vez dura menos, porque el endeudamiento y las necesidades son cada vez más grandes. Y en un mundo muy distinto al que se vivió, que no tiene absolutamente nada que ver ni con los ’70 y mucho menos con la etapa de la convertibilidad, en pleno auge y apogeo de la globalización y del neoliberalismo. El tiempo que viene es un tiempo de cierre de las naciones, de defensa de su patrimonio industrial y a ese mundo vamos a tener que enfrentarnos. Y este hombre, que no entiende el mundo en el que vive, está como si estuviera en Disney, en un cumpleaños, viéndolo a Rocky. No puede ser, no nos merecemos esto los argentinos. Tenemos que trabajar para merecernos algo mejor.

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