REPRESIÓN SALVAJE, UN PUNTO DE INFLEXIÓN. Milei tiene «el boleto picado»; en el mejor de los casos no tendrá reelección

Su futuro político esta herido de muerte. Y fue él mismo quien se infligió la estocada. Acabo de regresar de la abortada manifestación popular en respaldo a los jubilados que reclaman su derecho a la subsistencia. Abortada por decisión de la ministra de Seguridad Patricia Bullshit*. La misma que fue montonera y según el Presidente exageró, ponía bombas en los jardines de infantes. Y que está involucrada –cuando menos– en el encubrimiento de su entonces mano derecha que estaba al tanto del intento de asesinato de la ex Presidenta. La misma que ordenó que parte de los efectivos de las fuerzas federales se entremezclaran vestidos de civil (es decir, infiltrados) con el declarado objetivo de identificar a quienes iniciaran desórdenes. Y que quienes a comienzos de los años 70 del siglo pasado fuimos compañeros de la renegada estamos convencidos que fueron los que incendiaron un montón de containers de basura, algún automóvil, alguna moto. Antes y después otros «raretas», dejaron enorme cantidad de piedras al alcance de los manifestantes y rompieron veredas con el mismo propósito.
Si hasta hubo policías que dejaron un patrullero abandonado con las puertas abiertas. Obviamente, para que algún manifestante, verdadero o trucho, lo incendiara. Y C5N acaba de mostrar como un policía deja en un cantero de césped una pistola abandonada. ¿Para qué?

Hemos llegado a un punto tan siniestro que no me sorprendería que uno de estos «manifestantes» mate para cambiar el eje del debate público. Imagínense si muriera un policía…
Nunca vi tanta cantidad de efectivos de las guardias de infantería de la Policía Federal y de las demás fuerzas federales a las órdenes de la ministra. Y conste que en aquellos años participé en el «santelmazo», una pueblada que el comisario Alberto Villar (que en 1974 alcanzaría al mismo tiempo la jefatura de la repartición y de la Alianza Anticomunista Argentina, banda de sicarios más conocida como la Triple A) reprimió haciendo debutar al escuadrón de policías motorizados, con un entonces novedoso coequiper que disparaba gases tóxicos a troche y moche.
La orden de Bullshit fue clara, disolver la manifestación antes de que la Plaza se llenara. De todas las maneras posibles, provocando, golpeando y gastando millones en arrojar gases lacrimógenos a granel para obligar a quienes querían asentarse en la plaza.
Me atrevo a hacer una módica profecía. Además de que las movilizaciones de los miércoles nunca mas serán exiguas, no habrá partidos de primera y segunda división en los que no se puteé a Miley y Bullshit. Y esa será una ola muy difícil sino imposible de parar.
Milei tiene el boleto picado. La herida infligida por su criptoshit tardará en cicatrizar años si es que cicatriza. Y todo lo ocurrido desde entonces, entrevistas amañadas, valijas provenientes de Miami, ruptura de las normas que reglan el funcionamiento de la Cámara de Diputados, no hacen más que agravar su situación. En el mejor de los casos, cumplirá su mandato sin posibilidad de ser reelecto. Lo que lo convierte en un pato rengo.
Si, el reloj de arena se ha dado vuelta. Y el Círculo Rojo debate quien y cómo lo reemplazará.