Opinión

San Luis se pinta violeta

En épocas de inteligencia artificial y virtualismos, es bueno basar las afirmaciones en hechos concretos. El acercamiento político-institucional entre el gobierno nacional y el provincial es más que evidente. En la imagen hay dos noticias que en principio parecen distintas pero que son resultado de lo mismo.

El Estado y su responsabilidad ineludible: garantizar el alimento de los ciudadanos

En un contexto donde la alimentación escolar debería ser un derecho garantizado, la reciente medida del Gobierno de San Luis de permitir que los tutores expresen, mediante una declaración jurada, la voluntad de que sus hijos no reciban el almuerzo escolar genera una profunda preocupación.

El Programa Alimentario Nutricional Escolar (PANE) ha sido una herramienta clave para asegurar que miles de estudiantes accedan a una alimentación adecuada durante su jornada escolar. Sin embargo, la implementación de esta declaración jurada plantea interrogantes sobre el compromiso del Estado con la protección de los sectores más vulnerables.

Si bien se argumenta que la medida busca una distribución más eficiente de los recursos, lo cierto es que el acceso a la alimentación no debería estar sujeto a decisiones administrativas que puedan derivar en exclusión. La alimentación es un derecho fundamental, y el Estado tiene la obligación de garantizarlo sin restricciones ni condicionamientos. La alimentación escolar no es un privilegio, sino un derecho que debe ser protegido y garantizado para todos.

Ahora cuando vemos que en paralelo el gobernador Claudio Poggi se reúne con Caputo, en una clara muestra de apoyo, todo cierra. Un «compromiso de reactivación y finalización» de las obras conocidas como ‘Acueducto La Florida II’ y la Planta Potabilizadora de Agua Vientos del Portezuelo, son suficientes para consolidar el alineamiento de la provincia con las políticas nacionales.

El acercamiento del sector político que conduce Poggi a la Libertad Avanza, se disfraza de conveniencias administrativas y políticas, pero es un hecho concreto. En lo local, el oficialismo se aleja de las obligaciones propias del estado y en lo nacional corre rápido a abrazar al verdugo del pueblo. Todo claro.

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